• __

  __

  __

•  

   

Páncreas artificial,

Ana Gallardo y su innovación en diabetes

M en C Itzel Rocio Manzano Espinosa

 

​

Nuevas tecnologías que tratan de evitar una crisis en salud siguen avanzando, y en nuestro país hay mucho talento para ello, tal es el caso de la Ingeniera biomédica  Ana Gabriela Gallardo Hernández y su admirable trabajo en el campo de la ingeniería biomédica dirigida al tratamiento de la diabetes mellitus (DM) dependiente de insulina con la reciente creación de un modelo de páncreas artificial.

 

La diabetes mellitus se encuentra dentro de las primeras causas de muerte de acuerdo a la Encuesta de Salud y Nutrición (ENSA) 2012, la proporción de adultos menores de 50 años con DM aumentó de ser 4.6% en el ENSA 2000, hasta 9.2%, por supuesto, la misma Federación Mexicana de Diabetes refiere que no puede afirmar si es un incremento real en la prevalencia o un aumento en su detección, además, se debe tener en cuenta que la cifra real (ajustado a los diagnósticos desconocidos) podría ser el doble de 9.2%. Para el año 2017 el panorama sigue sin ser muy alentador, sabiendo que uno de los factores de riesgo más determinantes para DM es el sobrepeso y obesidad, y sabiendo que 7 de cada 10 mexicanos sufre de alguno de los anteriores, México va en la vía rápida hacia una población de diabéticos para 2030.

 

Con estas perspectivas tan desalentadoras frente a la diabetes, la ingeniera Ana Gallardo creo su proyecto de investigación para mejorar las dosificaciones de insulina en pacientes con diabetes mellitus tipo, teniendo inicio en el año 2011, con el apoyo de dos grandes instituciones, la escuela de Ingeniería de la UNAM y el Centro Médico Nacional Siglo XXI. Este novedoso trabajo lleva como nombre “Modos deslizantes de orden superior para el páncreas artificial”, el cual tienen como objetivo la creación de un dispositivo de control para las dosis requeridas de insulina pudiendo funcionar de manera universal y en cualquier paciente. Esto solo puede ser posible por medio de la creación de algoritmos matemáticos programados dentro de una bomba de insulina, que, por medio de un sistema electrónico, el dispositivo puede trabajar de manera autómata, detectando los niveles de glucosa a través de un sensor y encargándose de la suministración de insulina por medio de un filamento que se encuentra en la subdermis., a partir de la información proporcionada por el sensor en tiempo real.

 

Su principal objetivo es que pueda funcionar en todos los pacientes diabéticos insulinodependientes como un páncreas real, sin importar la edad, la cantidad de carbohidratos ingeridos o el ejercicio, este podrá ser capaz de regular la necesidad de insulina en el organismo. Esta investigación ha sido un gran método innovador, valiéndole el reconocimiento en el año 2013 por el Instituto Tecnológico de Massachusetts en la segunda edición del premio a innovadores menores de 35 años en México.

 

Los resultados obtenidos en investigación básica han sido favorecedores para el dispositivo, siendo necesario como siguiente paso de la investigación, la aplicación de ensayos clínicos con este dispositivo. El comienzo de dichos ensayos clínicos se tenían planeado para el año 2014, y hasta ahora, no se han hecho públicos los resultados de dicho ensayo, sin embargo, es de considerarse que un proyecto de investigación de tal magnitud requiere de tiempo y recursos para recabar los datos necesarios e importantes de los pacientes participantes del ensayo, sin embargo, lo que es un hecho, es que nuestro país está siendo alcanzado por otros proyectos innovadores, cuya idea de simular un páncreas artificial es la misma, como es el caso de los científicos argentinos provenientes del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), universidades de La Plata y Quilmes, del Instituto Tecnológico de Buenos Aires, además de la sección de Diabetes del Servicio de Endocrinología del Hospital Italiano, que han logrado probar de manera exitosa, por primera vez, un dispositivo similar en pacientes con diabetes mellitus tipo 1 y cabe mencionar que este trabajo de investigación tuvo sus inicios también en el año  2010.

 

Teniendo en cuenta lo anterior, ¿esto en dónde deja al avance científico proveniente de México? si bien, el proyecto encabezado por la ingeniera Ana Gallardo tuvo su comienzo en el año 2010 al 2011, han pasado cerca de 7 años (teniendo en cuenta que se requiere tiempo para proyectar un ensayo clínico), mientras que en otros países están obteniendo buenos resultados en ensayos clínicos similares. No resulta difícil concluir que para ella, así como muchos otros investigadores, han resentido el impacto del recorte de presupuesto nacional —¡incluso del 70% en algunos institutos!—destinados a la investigación científica en instituciones públicas, obteniendo como consecuencia el atraso de los proyectos científicos mexicanos que pueden significar un cambio para la salud mundial, sin mencionar, que si se tuvieran los recursos suficientes, es muy probable que todos los amantes de la ciencia, obtendrían de manera temprana los resultados suficientes para seguir impulsando sus proyectos y estar a la altura de cualquier otro científico en un país de primer mundo.

 

Lo que también es un hecho, es que tener una científica mexicana cuyo trabajo de investigación ha tenido impacto mundial, fungiendo como parteaguas para la bioingeniería mexicana y como base para futuros científicos, es motivo de orgullo para nuestro país, su trabajo debe ser difundido en la medida de lo posible para que sea reconocida a nivel nacional, esperándose con ansias los nuevos resultados de su trabajo.

USO DE GADGETS Y REPERCUSIONES

EN LA SALUD

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © SPG COMUNICACIONES SA DE CV 2012-2018

Aviso de privacidad