¡DE MÉXICO PARA EL MUNDO!

MÉDICOS MEXICANOS SALVANDO VIDAS EN SIRIA

M en C Itzel Rocio Manzano Espinosa

 

México no se mantiene ajeno a los conflictos que suceden en el mundo y mucho menos cuando se trata de brindar ayuda a los países en desastre. Actualmente, la gran labor de dos médicos mexicanos ha dejado en alto el nombre de nuestro país, que se identifica por su carácter altruista y solidaridad. Por ello, es importante conocer el trabajo que nuestros compatriotas están realizando en la zona de guerra ubicada en Siria.

 

La situación actual del país de Siria es desalentadora debido a la violencia extrema que se ha perpetrado contra miles de civiles durante los seis años que ha durado esta guerra y que, lamentablemente, no muestra señales de parar. Los bombardeos constantes contra zonas civiles han privado la entrada de ayuda y recursos para subsistir, la poca ayuda médica que queda en la región y la escasez de alimentos empeora más la situación, haciendo que el número de víctimas incrementen cada vez más.

 

Las instalaciones médicas de las regiones bombardeadas han desaparecido casi por completo y tanto el personal como los pacientes, han sido víctimas de ataques indiscriminados, reportándose que 814 profesionales de la salud han muerto desde que inició la guerra; en el año 2016 tan sólo 30 médicos seguían con vida, entre éstos, dos pediatras en la ciudad de Alepo, una de las zonas de mayor conflicto sitiada por las fuerzas del Gobierno Sirio donde aún se encuentran 250 mil personas y 85 mil niños.  Debido al cerco militar en las zonas de mayor conflicto como Alepo, que impide a los médicos acercarse al área y atender a la gente, ha sido necesaria la instalación de unidades médicas cuyos programas de atención se ejecutan principalmente desde países vecinos; dos de ellos son Israel y Turquía donde se encuentran médicos mexicanos trabajando en la labor de atención a las víctimas de Sira.

 

El neurocirujano Samuel Tobías, originario de la Ciudad de México y egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se encuentra trabajando en el Centro Médico de Galilea en Israel, viviendo de forma permanente en ese país, donde se dedica a salvar la vida de heridos sirios; una labor altruista que marca la diferencia entre ambos países ya que, históricamente, Israel y Siria son dos países que han mantenido conflictos bélicos, por lo tanto, no existen precedentes de que médicos israelíes estén salvado la vida de heridos sirios; hasta ahora, que Israel ha abierto la puerta de sus hospitales para la atención de las víctimas.

 

El espíritu de servicio del Dr. Tobías ocasionaba que fuera cuestionado por sus propios colegas, que, a pesar de dar servicio médico, aún mostraban renuencia ante los pacientes sirios debido a los conflictos bélicos que hubo entre ambos países anteriormente; sin embargo, el Dr. Tobías no flanqueó ante los comentarios y su espíritu de servicio continúa ayudando sin importar religiones, estado, color o raza.

 

Su principal labor es la cirugía de base de cráneo, tumores cerebrales, espina dorsal y neurotraumas, participando activamente en el tratamiento quirúrgico de ciudadanos sirios con graves lesiones cerebrales traumáticas debido a los ataques, ejecutando un papel importante en la ayuda a Siria. Sin duda alguna, el Dr. Tobías cuenta con una especialidad médica clave para todos aquellos pacientes politraumatizados que requieren de atención especial y que en su país ya es muy difícil encontrar, además que con su labor y opinión ha roto barreras de tipo ideológicas, primero por fomentar a que Israel continúe recibiendo a los heridos sirios a pesar de sus diferencias, y, en segundo lugar, los sirios comienzan a perder el miedo de acudir a Israel para ser tratados por los médicos, al sentirse a salvo y perder la idea de que en ese país serán asesinados.

 

Mientras tanto, en el país de Turquía se encuentra el médico Alonso Cosío, quien pertenece a la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), cuya labor principal es la de dar soporte remoto a los hospitales de Alepo desde Gaziantep, a la ciudad más importante al sur de Turquía, ubicada a sólo 40 minutos de la frontera con Siria, y a poco más de una hora de Alepo; no obstante, también ha realizado labores de ayuda para otras misiones en Yemen, Sudán del Sur.

 

El Dr. Cosío, originario de la Ciudad de México, es médico general egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), cuyas labores consisten en la atención de urgencias en personas heridas, así como la atención médica de la población general; también otorga apoyo a distancia a los hospitales ubicados en Siria, comunicándose con médicos externos de la organización MSF que se encuentran en hospitales en la ciudad de Alepo, que le permiten saber sus necesidades y así poder suministrarlas a tiempo, como son: jeringas, medicamentos, vacunas, material de curación, etc. A pesar de que su trabajo es crucial para mantener a los hospitales de pie con suministros suficientes, el Dr. Cosío continúa deseando el trabajo de campo, el cual, por ahora, es imposible debido a la situación de violencia e inseguridad en la zona de Alepo.

 

Durante su estancia en esta ciudad, y encontrando un espacio entre sus múltiples tareas de apoyo a las unidades hospitalarias, continúa su formación médica, estudiando una maestría en urgencias médicas por la Universidad de Valencia, cuyo objetivo es brindar una mejor atención médica a los pacientes necesitados. Por ahora le quedan 5 meses más en Turquía, y, aunque su próximo destino por ayudar es desconocido, da todo de sí para realizar esta labor debido a que su experiencia en la ayuda humanitaria ha cambiado su concepción de la vida.

 

Sin duda alguna, estas dos breves historias de trabajo arduo por parte de dos médicos mexicanos excepcionales, son un ejemplo para el país, permitiendo aprender que la labor altruista y la ayuda al prójimo debe de estar por encima de muchas ideologías; a pesar de los sacrificios, llevar  el bien a donde se vaya es algo completamente satisfactorio. Estas historias también deben tener especial impacto en los profesionales de la salud y estudiantes del área médica y enfermería del país y el mundo, siendo un ejemplo de amor a esta profesión, en la que, si se desea, no hay fronteras para realizar la labor de cuidar y curar al prójimo.

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